Así vamos por la vida, diciendo y escuchando “no tengo tiempo” “no me da la vida” y “no puedo”.
Realmente ¿no tenemos tiempo? o quizás deberíamos preguntarnos ¿para qué tenemos tiempo? O ¿en que decidimos invertir nuestro tiempo?
Lo cierto es que vamos demasiado ocupados por la vida, desde que empieza cada día vamos sin tiempo: nos levantamos, nos vestimos rápido, nos vamos al trabajo, hacemos la jornada lo más efectiva posible en tiempo y modo, atendemos a cuantos podemos, luego salimos, te vas al gym, o hacer la compra o a ver la familia/amig@s, o a una visita médica, etc. Y cuando llegas a casa estás exhaust@, queriendo desconectar sin ganas ni de atender el móvil a los numerosos grupos que te han escrito a lo largo del día. Y de pronto llega el FINDE!!! Y queremos hacerlo TODO, queremos tener tiempo para nosotros en todos los aspectos y de alguna manera lo conseguimos.
Pero lo cierto es que no llegamos. No llegamos a dar y ofrecer todo lo que nos gustaría y al final tienes que ELEGIR y DECIDIR hacer una cosa u otra.
En mi opinión y modo consejo, esa elección tenemos que llevarla a cabo teniendo en cuenta dos aspectos:
- Relacionada con el FIN: En lo personal, haz lo que necesites hacer para ti mismo, es tu tiempo, es tu vida y el TIEMPO no se compra, ni se recupera. El tiempo se aprovecha, se vive o se pierde. Por eso tienes que elegir. En lo laboral, PRIORIZA por orden de relevancia.
- Relacionado con la FORMA: Tanto en lo personal como en lo laboral, cuando decimos: «No tengo tiempo»; en realidad, quedamos algo regular, incluso suena negativo, no porque no sea cierto, sino porque le ofrecemos una negativa como respuesta a esa persona a la que ni siquiera le hemos preguntado que necesita de nosotros y cuál es el grado de importancia.
El segundo punto me parece de especial importancia , sobre todo porque cuando respondemos “No tengo tiempo” no sabemos cuánto tiempo necesitan de nosotros y tampoco tenemos en cuenta a quien se lo estamos diciendo.
Por ello, quizás sería interesante cambiar esa fácil respuesta y ofrecer otra más cálida y que demuestre recibimiento por nuestra parte. Por ejemplo:
“ ¿Qué necesitas? ¿Es urgente?” y en base a la respuesta ya decidirás si tienes tiempo o no, a veces nos adelantamos demasiado y nos perdemos cosas por el camino, tengamos paciencia y escuchemos más. Quizás te interese más a tí escucharlo que a la propia persona.
Voy a confesaros que hoy he decidido tener algo de tiempo para escribir un post porque el martes pasado mi alumna María me dijo en clase“ Lola hace varias semanas que no escribes” y pensé “No tengo tiempo”. María, muchas gracias por hacerme reflexionar sobre ello, porque lo cierto es que disfruto escribiendo y muchas gracias por seguir mí Blog.
Le dedico este post con especial cariño a tod@s mis alumn@s de Ostelea, os deseo una fantástica semana y mucho ÁNIMO y FUERZA!!!
Feliz semana!! abrazote!